Sinos detenemos en la historia de Job, no hay razón para el castigo, tampoco hay razón para sufrir, solo hay una historia de cercanía con Dios. Toda la historia, al igual que la nuestra, se ve inmersa en un sin fin de sucesos, algunos complejos, llenos de dolor, otros más calmados y dadores de sabio consuelo.
Auncuando el sufrimiento continúa en este mundo, hemos visto la promesa de Cristo realizada: «Edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella» (Mt 16:18). Este éxito es obra del Señor, «porque del SEÑOR es el reino, y Él gobierna las naciones” (v. 28). Él es Aquel que está activo y quien en última instancia da
'Lo que no se olvida es el sufrimiento”, suele decir mi tía Alegría. Mi tío Luis Blas falleció en los Países Bajos, en 1995, tras 35 años de emigración pura y dura. Allí lo llevó el

Esel consuelo que le permite a un hombre pasar el punto de quiebre y no desfallecer y que nos conduce a acciones nobles y pensamientos elevados. La ayuda para comprender nuestro sufrimiento y poder sobrellevarlo, indudablemente se basa en el singular y trascendental suceso del sufrimiento y la muerte de Jesucristo.

Portanto, como parte de esta reacción psicofisiológica, el sufrimiento se va a caracterizar por ciertos correlatos a nivel neuroendocrino, emocional y comportamental. 1. Cambios neuroendocrinos. Por un lado, se aprecian efectos tanto en la estructura como en la “química” del cerebro. Por ejemplo, una revisión sistemática de la . 454 327 199 482 446 492 310 10

no hay razon para buscar el sufrimiento